LA SAL DE ESTE MAR
21 Mayo- 21:00h - Casa de la Cultura de Sanlúcar la Mayor. Sevilla.Dirección y guión: Annemarie Jacir.
Países: Palestina, Francia, Suiza, Bélgica y España.
Año: 2008.
Duración: 109 min.
Género: Drama.
Interpretación: Saleh Bakri (Emad), Suheir Hammad (Soraya), Riyad Ideis (Marwan).
Producción: Jacques Bidou y Marianne Dumoulin.
Música: Kamran Rastegar.
Fotografía: Benoît Chamaillard.
Montaje: Michèle Hubinon.
Diseño de producción: Françoise Joset.
Soraya (Suheir Hammad), de 28 años, nacida y criada en Brooklyn, decide volver a instalarse en Palestina, de donde su familia se exilió en 1948. Desde su llegada a Ramala, Soraya intenta recuperar el dinero que sus abuelos tenían en un banco de Jaffa, pero tropieza con la negativa del banco. Su camino se cruza entonces con el de Emad (Saleh Bakri), un joven palestino que, a diferencia de ella, sólo desea una cosa: irse de allí para siempre. Para escapar de las tensiones ligadas a la situación del país, pero también para sentirse libres, Soraya y Emad deberán tomar su destino en sus manos, con riesgo de transgredir las leyes, y en ese camino que emprenden nos llevarán tras las huellas de su historia en la Palestina perdida.
Países: Palestina, Francia, Suiza, Bélgica y España.
Año: 2008.
Duración: 109 min.
Género: Drama.
Interpretación: Saleh Bakri (Emad), Suheir Hammad (Soraya), Riyad Ideis (Marwan).
Producción: Jacques Bidou y Marianne Dumoulin.
Música: Kamran Rastegar.
Fotografía: Benoît Chamaillard.
Montaje: Michèle Hubinon.
Diseño de producción: Françoise Joset.
Soraya (Suheir Hammad), de 28 años, nacida y criada en Brooklyn, decide volver a instalarse en Palestina, de donde su familia se exilió en 1948. Desde su llegada a Ramala, Soraya intenta recuperar el dinero que sus abuelos tenían en un banco de Jaffa, pero tropieza con la negativa del banco. Su camino se cruza entonces con el de Emad (Saleh Bakri), un joven palestino que, a diferencia de ella, sólo desea una cosa: irse de allí para siempre. Para escapar de las tensiones ligadas a la situación del país, pero también para sentirse libres, Soraya y Emad deberán tomar su destino en sus manos, con riesgo de transgredir las leyes, y en ese camino que emprenden nos llevarán tras las huellas de su historia en la Palestina perdida.